Cuidados de la plantación

Una plantación requiere unos preparativos y un mantenimiento más o menos periódico. Para ambas fases existen subvenciones que concede su Comunidad Autónoma. Vale la pena estudiar al detalle las condiciones (a veces rigurosas) y decidir si solicitar la ayuda o bien disfrutar de la libertad de no rendir cuentas a nadie.

Preparativos
Una analítica del terreno nos ayudará a ver si es bueno para la especie forestal elegida y a prevenir carencias nutricionales. Es un trámite muy barato y útil. Si nos envía los resultados le decimos si el nogal se adapta a su terreno.

Un subsolado entre 60cm y 1m ayuda al desarrollo vertical y lateral en busca de la humedad acumulada en el substrato. También se trata de un servicio fácil de encontrar en ambientes rurales, rápido y económico.

La protección de los árboles con rejilla y el vallado del terreno dependerá de los riesgos propios del entorno de la plantación. La amenaza principal son algunos roedores (tallo y raíces) y ganado (hojas y yemas).

Trasplante: los plantones adquiridos en vivero se trasplantan a su terreno lo antes posible tras su extracción y transporte. Según el tamaño y la distancia a que se pongan los plantones será mejor hacer hoyos o zanjas. La operación suele ir rápida, pero es recomendable recortar las puntas de la raíz (repicar) antes de echar tierra y regar generosamente para asentar el plantón.

Los pasos anteriores, sin olvidar la instalación de riego, suponen el trabajo e inversión iniciales.

Mantenimiento
El mantenimiento de la parcela forestada incluye trabajos de inspección del aspecto de los pies y de su evolución durante el periodo de crecimiento vegetativo (mayo a octubre). Los síntomas a comprobar son:

  1. desarrollo en altura.
  2. desarrollo en diámetro a nivel del pecho (DBH).
  3. forma y estado del tronco,base del tallo.
  4. grado de tendencia a ramificar.
  5. salud de las hojas.

Las malas hierbas se deben controlar con tanta mayor frecuencia cuanto más fértil sea la tierra. Pero hasta cierto punto. Su presencia asegura al suelo la reposición de la materia orgánica. Mantenida débil y a baja altura, impide que se seque la superficie. En los primeros años del árbol la retirada mecánica es preferible a la química, al menos en la cercanía al tronco.

El riego debe asegurar una humedad suficiente del subsuelo cuando la lluvia no lo hace o el árbol joven aún no ha penetrado lo suficiente en el terreno. Julio y agosto son muy secos en nuestro país y coinciden con el momento de máximo desarrollo del nogal.

Abonado: el crecimiento del árbol, el número de hojas y su verdor son los mejores indicadores de si el árbol absorbe suficiente humedad. En caso de alguna deficiencia, un aporte ocasional de fertilizante (NP o NPK) ayuda a regular el crecimiento. Otros síntomas de deficiencia se solucionan con aporte de oligoelementos como hierro, boro, magnesio,…

La poda será anual los primeros años, hasta alcanzar la altura de fuste máxima de cada árbol (de 3.5 a 6 metros según el ejemplar). A partir de entonces se puede espaciar, para controlar excesos o desequilibrios puntuales en el ramaje.